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NOCHE DE RETOS CUMPLIDOS

El agua, que desde el jueves caía a mansalva en Sevilla, dio una tregua para los cerca de 15.000 corredores inscritos disfrutasen un año más, y ya van 24, de la Nocturna del Guadalquivir, una prueba que ya ha alcanzado desde hace tiempo el rango de clásica, a pesar de que queda un año para que cumpla las Bodas de Plata.

Y es que la prueba sevillana tiene un halo especial. La luna, el río y, sobre todo, miles de atletas que disfrutan de una noche en la que sus zancadas son protagonistas; no molestan a viandantes y coches, porque las calles están reservadas, por una vez, para ellos, para los que no fallan a diario o los que, simplemente, se calzan las zapatillas sólo una vez. La Nocturna es una prueba popular que no distingue de marcas o rutina porque es para todos. 


Ahí reside su ambiente especial. Festivo. Casi como el de una San Silvestre de final de año, los inscritos, que este año tuvieron que pagar una cuota de 5 euros (excepto para los apuntados en el Circuito de Carreras Populares 2012, que ya pagaron 20 euros), esperaban en la Avenida de los Descubrimientos (a la altura del auditorio Rocío Jurado) con una temperatura agradable para correr en el inicio del otoño en Sevilla. En la línea de salida esperaban los 14.793 corredores inscritos (23.211 en 2011). Familias enteras, amigos, veteranos, niños, gente disfrazada (varios de personajes de la película 300)..., de todo. Menos que otros años, quizá por la cuantía a abonar, la crisis o por lo que sea, pero con casi el mismo número de atletas en carrera, ya que antes muchos de los inscritos ni siquiera corrían. 


Y a las 22:00 se tocó diana, al menos para la salida controlada de corredores con marcas acreditadas; cinco minutos después fue el turno para el impresionante reguero de personas que, con el apoyo de miles de aficionados a pie de calle, fueron recorriendo los 11.300 metros de la prueba. Baño de masas en Ronda de Triana; en Virgen de Luján, más de lo mismo, como en el Paseo de las Delicias y Paseo De Cristóbal Colón, ya en el otro lado del Guadalquivir, antes de volver a cruzar el río por el Puente de la Barqueta. La meta, en el estadio de la Cartuja. El primero en llegar al colosal recinto, que también registró un gran ambiente, fue Marco Antonio Baena, ganador en la categoría de silla de ruedas (29.49) en la que compitieron cinco deportistas. 


No tardó en cruzar la meta el vencedor de la categoría masculina, Jesús Brenes, del C.D. Ohmio de Arahal (34.52), seguido del onubense de Punta Umbría Adrián Andivia (35.08) y por el corredor de Constantina Rubén Álvarez (35.21), habitual compañero de Antonio Jiménez Pentinel y segundo el año pasado. 


En categoría femenina no fue una sorpresa el triunfo de la corredora local María Belmonte (39.41), que por tercer año consecutivo se llevó la victoria rebajando, a sus 41 años, el tiempo de 2011. La acompañaron en el podio Raquel López Calpis (41.14) y Rocío Mola (44.45), aunque participar, bajar de la hora o, simplemente, terminar, era ya un premio mayor para muchos. Con 15.000 deportistas en liza había 15.000 retos.



Personalmente, estoy muy contento con mi participación. Con un tiempo de 40 minutos  y 33 segundos llevando un ritmo medio de 3,40 min/km acabé esta 24 edición de la Carrera Popular que, a mi gusto, es la más bonita que jamás corrí.

Aquí tenéis el link con los RESULTADOS SALIDA PROFESIONAL




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